Este resultado se alcanzó en un contexto internacional de crisis múltiples y de limitado financiamiento externo público destinado a actividades productivas, según se informó.
A escala global, predomina una marcada desaceleración de la actividad económica, que se complica debido al rebrote de problemas inflacionarios y el endurecimiento de las condiciones financieras, así como por los efectos del cambio climático que afectaron negativamente al ciclo productivo de todos los países.
Según el INE, entre enero y marzo de 2024, las actividades económicas que mostraron mayor variación positiva en Bolivia fueron los servicios y la construcción.
En los servicios básicos, resaltó el crecimiento de 8,67 por ciento en electricidad, gas y agua, principalmente impulsado por un incremento de 9,77 puntos porcentuales en la producción de energía eléctrica.
Un auge de 7,03 por ciento registró el sector otros servicios debido al aumento de los domésticos, comunales, sociales y personales, destaca el reporte.
Por su parte, la construcción registró una variación de 6,38 unidades de 100, impulsada principalmente por el mayor flujo de ventas de cemento, que mostró una variación del 7,42 por ciento en el período analizado, sobre todo por el mayor dinamismo del sector público en comparación con el privado.
Del lado contrario, en igual etapa la industria manufacturera registró una variación de -2,90 por ciento por la contracción en la actividad de la industria de alimentos en un -5,51 por ciento, de manera más específica por el retraso en la campaña agrícola debido a las anormalidades climáticas.
En particular, el sector soyero afectó a la producción industrial de los derivados de esta materia prima (-34,8%) y su consiguiente exportación.
De acuerdo con el tamaño de este rubro en la economía boliviana, su desempeño afectó también al valor y volumen de exportaciones, así como a la disponibilidad de divisas, con la consiguiente generación de especulación en el mercado cambiario, subraya el reporte.
La formación bruta de capital fijo también se vio dañada con un decrecimiento de -6,39 por ciento como resultado de la contracción de la inversión en bienes de capital.
“Es importante destacar que este tipo de gasto podría haber sido mayor si se hubiese contado con la disponibilidad de recursos públicos provenientes de financiamiento externo que hubiesen apoyado al sector productivo”, concluyó el INE en referencia a los más de mil millones de dólares pendientes de aval en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
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