La Ley del Derecho a Desconectarse, aprobada por el Parlamento en febrero, apunta a mejorar la salud de los empleados y establecer un equilibrio entre la vida laboral y privada.
De acuerdo con la normativa, los trabajadores de empresas con 15 o más empleados podrán negarse a responder o estar pendientes de los correos electrónicos o llamadas telefónicas de sus jefes u otras personas vinculadas a su centro laboral.
El incumplimiento de la ley se sanciona con altas multas al empresario y la empresa, pues las sumas a pagar pueden llegar hasta cantidades de cinco cifras en dólares estadounidenses.
Países como Francia y España, entre otros de la Unión Europea, tienen leyes de desconexión digital en busca de una mejor calidad de vida.
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