El movimiento gremial iniciará jornadas de información a la ciudadanía, en busca de una victoria popular, según sus definiciones. La propuesta está bajo ataque del gobierno, de los candidatos presidenciales de los partidos que integran la coalición oficial y sin el apoyo de la fórmula presidencial del opositor Frente Amplio (FA).
El FA dio prerrogativa a sus partidarios a votar con libertad sobre la reforma jubilatoria, solución salomónica frente a posturas encontradas en su seno.
El abanderado del Frente, Yamandú Orsi, considera que la mejor fórmula será, después de las elecciones, iniciar un diálogo social encaminado a cambiar la ley aprobada por el actual gobierno.
Su compañera para la vicepresidencia, Carolina Cosse, coincidió al respecto y opinó que la iniciativa del plebiscito no consigue hoy los consensos necesarios.
Del lado de los trabajadores se reclama reponer la edad límite de 60 años para el retiro.
También equiparar al salario mínimo nacional el monto de la jubilación, y poner fin al lucro de las empresas que manejan los fondos de retiro y pensiones.
Dentro de la alianza frenteamplista, el Partido Comunista, el Socialista y otros movimientos y corrientes apoyan el plebiscito, pero a lo interno tales posiciones no alcanzan mayoría decisoria.
Según el candidato del gubernamental Partido Nacional, Álvaro Delgado, de ganar el plebiscito habrá que subir los impuestos, en particular el Impuesto al Valor Agregado.
Otros críticos gubernamentales hablan de fuerte impacto en el Producto Interno Bruto.
El PIT-CNT tiene estudios a mano que afirman la sustentabilidad de mejorar las condiciones de retiro y jubilación de los trabajadores, y prometen dar batalla por el Si.
El plebiscito ocurrirá el 27 de octubre, a la par que las elecciones nacionales para la Presidencia de la República y la renovación del Parlamento.
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