Informes iniciales del organismo estimaron que cientos de miles de acres de tierras agrícolas quedaron inundadas mientras que los afectados necesitaban con urgencia alimentos básicos, agua potable y saneamiento.
La representante del PMA en el país asiático, Sheela Matthew, aseguró que el fenómeno amenaza con reducir significativamente el rendimiento del arroz monzónico.
Esto pondrá en peligro la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores, dijo al respecto la enviada.
Los efectos de la crecida de las aguas probablemente se sentirán no sólo en Ayeyarwady sino en todo Myanmar, por lo que la agencia busca ayudar a mitigar la posible escasez de alimentos.
Antes de las inundaciones, el plan de respuesta y necesidades humanitarias de Naciones Unidas en Myanmar para 2024 calculaba que la cuarta parte de los habitantes de Ayeyarwady –cerca de 1,5 millones de personas- necesitaban asistencia.
La emergencia agrava la terrible situación que se vive en vastas zonas de Myanmar más de tres años después del inicio del conflicto interno y en medio de una escalada de combates, un aumento del desplazamiento y amenazas extremas a la protección.
La operación de ayuda del PMA, que en un inicio llegará a 35 mil personas, marca su primera intervención en el delta en nueve años luego de inundaciones similares en 2015.
La respuesta incluye áreas que han sido afectadas por el conflicto, a excepción de Ayeyarwady y partes de Bago, que se encuentran entre las pocas regiones de Myanmar donde no hay combates.
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