Un funcionario de alto rango de la ONU aseguró que las medidas para desalojar Deir al Ballah, en el centro de la Franja, dejan muy pocas posibilidades para el trabajo de Naciones Unidas tras varias reubicaciones anteriores, aunque no significan su suspensión.
El representante, que pidió mantener el anonimato, dijo que los funcionarios de seguridad del organismo operan “al máximo nivel” y superan cada vez más los límites impuestos por el conflicto iniciado el 7 de octubre.
“La situación humanitaria allí es tan terrible que no tenemos otra opción que superar los límites en cuanto a la aceptación de riesgos”, agregó.
En la Franja de Gaza permanecen poco más de 90 empleados internacionales de seguridad y 140 nacionales.
Entre otros riesgos, el representante mencionó además la ausencia de una policía local y la falta de control y orden interno que provoca acciones delictivas como saqueos y robos.
“Necesitamos tener seguridad para poder hacer nuestro trabajo, cumplir con las expectativas de los donantes y los estados miembros y apoyar a la población palestina”, insistió al pedir más respaldo de Israel.
El funcionario reclamó además la búsqueda de soluciones, incluso si eso significa reiniciar las operaciones en 24 o 48 horas.
“Ahora mismo, el reto es encontrar un lugar donde podamos restablecernos y operar con eficacia”, remarcó.
Las constantes órdenes de evacuación hacen nuestro trabajo prácticamente imposible, dijo por su parte Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres.
Como consecuencia de las disposiciones israelíes, la población civil en Gaza enfrenta dificultades para comer, acceder a servicios médicos o agua y saneamiento, recordó el vocero en conferencia de prensa.
Anteriormente, el personal fue obligado a abandonar el norte del enclave y establecerse en el sur durante una primera etapa de la ofensiva que ya acumula más de diez meses y 40 mil víctimas fatales, entre ellos un miembros del personal internacional de la ONU y 205 nacionales.
Con la toma del cruce de Rafah y las consecuentes órdenes de evacuación, los humanitarios se desplazaron al centro hasta que las FDI obligaron nuevamente a abandonar sus instalaciones en Deir al Ballah el domingo.
arc/ebr