Arce expresó ese criterio por vía virtual este lunes en la XI Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA–TCP).
“Hace unos días recibimos la noticia del dictamen emitido por el TSJ que valida el triunfo electoral del presidente Nicolás Maduro. Bolivia saluda este fallo que ratifica la voluntad de la mayoría del pueblo y la vigencia de sus instituciones”, sostuvo el dignatario.
Acompañado por la canciller boliviana, Celinda Sosa, Arce reiteró su felicitación al mandatario, y consideró que la sabiduría del pueblo venezolano y su acertada conducción traerán días de paz, estabilidad y bienestar para la nación bolivariana.
Fue enfático el jefe del Estado boliviano al advertir que “no es democrático querer dictar e imponer destinos desde afuera, trabajemos juntos para lograr el vivir bien de nuestros hermanos en la región”.
Al respecto, citó al prócer independentista cubano José Martí (1853-1895) en referencia a la necesaria unidad de los pueblos de nuestra América, con la expresión “debemos andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”.
Denunció que, en los últimos meses, se desató una guerra híbrida mediante una campaña de desinformación y descrédito contra el Gobierno encabezado por Maduro, que pone en peligro la paz y la estabilidad de ese pueblo.
“Estas actividades se intensificaron en el marco de las elecciones presidenciales con la instalación de discursos de odio y una falsa narrativa de fraude electoral promovida por algunos sectores de la oposición y agentes externos con la intención de revertir la voluntad de la mayoría del pueblo expresado en las urnas”, insistió.
Consideró que estas acciones no son para nada nuevas y ningún pueblo de América Latina y el Caribe está exento de padecerlas, pues el imperialismo está dispuesto a recuperar la hegemonía sobre el espacio que considera “su patio trasero”.
“Por esa razón -añadió el mandatario-, desde el Estado Plurinacional de Bolivia rechazamos cualquier intento de desestabilización que pueda afectar la paz y el desarrollo del pueblo venezolano, así como de cualquiera de los Estados de nuestra alianza”.
“La injerencia en los asuntos internos, con su consecuente afectación a la voluntad del pueblo y a la soberanía e institucionalidad de nuestros países independientemente de donde venga, contribuye a resquebrajar la unidad y estabilidad, alejándonos de la posibilidad de mantener a América Latina y El Caribe como zona de paz”, enfatizó.
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