En conferencia de prensa desde el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno guatemalteco, el líder de la delegación del país vecino precisó que las discusiones se centraron en temas de interés mutuo, esenciales para avanzar.
Recordamos la necesidad de trabajar unidos para desarrollar un ambiente más seguro para nuestras comunidades rurales que les permitirá crecer y prosperar el comercio, subrayó Briceño.
Aunque tenemos un acuerdo de alcance parcial vigente, ambos coincidimos en la necesidad de avanzar hacia una implementación completa de este, enfatizó el primer Ministro, quien llegara la víspera en visita oficial.
También discutimos –añadió- la necesidad de ampliar el pacto para impulsar aún más nuestros crecimientos económicos y brindar más oportunidades a nuestros pueblos.
Un aspecto clave para incrementar el comercio –describió- es avanzar en la interconexión formal entre Jalapa, Belice, y Santa Cruz, Guatemala, lo cual traerá mayores oportunidades, aseveró el jefe de Ejecutivo.
Agradeció el apoyo de Arévalo a la solicitud de su país de ser miembro del Consejo de Ministros de Finanzas de Centroamérica y observador del Sistema de Integración Centroamericana.
Briceño subrayó ante los medios que ambas naciones reconocieron la importancia de contar con un sector energético sostenible, confiable y de bajo costo.
Nuestras economías se están expandiendo y nos corresponde encontrar mecanismos para interconectarnos y explorar la posibilidad de que Belice se enlace a través de la red regional, expresó.
Afirmó que ambos Estados optaron por resolver el diferendo territorial por medios pacíficos y firmaron un acuerdo especial para llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Actualmente sometimos los argumentos por escrito y ahora estamos en la espera de la decisión de ese alto tribunal para fijar una fecha a la audiencia oral, detalló Briceño.
Previó el fallo final en el 2025 y consideró que una solución definitiva permitirá avanzar con la agenda bilateral.
Guatemala reconoció la independencia del Estado vecino en 1991, 10 años después de declarada, restableció ese año relaciones diplomáticas, pero nunca aceptó las fronteras, por lo cual insiste en el reclamo.
A principios del 2003, ambos gobiernos acordaron establecer y respetar una línea de adyacencia, mientras se definía el asunto territorial.
Llevaron el caso ante la Corte Internacional de Justicia tras sendos referendos: el primero en 2018 en suelo chapín y un año después le siguió Belice.
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