Dirigentes socialistas, insumisos, ecologistas y comunistas reaccionaron en duros términos a la decisión del mandatario, conocida mediante un comunicado al finalizar este lunes las consultas con las diversas fuerzas políticas del país para resolver la crisis imperante, después de que Macron aceptara el 16 de julio la renuncia del primer ministro Gabriel Attal.
Desde La Francia Insumisa (LFI) calificaron de extremadamente grave la postura del mandatario y lo acusaron de desconocer el resultado de las elecciones legislativas del mes pasado.
En esos comicios el Nuevo Frente Popular fue la lista que más diputados logró en la Asamblea Nacional (193), aunque lejos de la mayoría absoluta (289), por lo que reclama el nombramiento de un primer ministro de sus filas, en particular de la economista Lucie Castets.
Macron alegó proteger la estabilidad institucional y propuso nuevas consultas, en las que excluyó a LFI.
Los insumimos convocaron a movilizaciones populares y advirtieron con activar un proceso de destitución del presidente de la República, una iniciativa compleja y de escasas posibilidades de éxito, según los entendidos.
También el secretario nacional de los comunistas, Fabien Roussel, repudió la decisión del jefe de Estado y llamó a salir a las calles en protesta contra la posiciòn de Macron.
Por su parte, la máxima dirigente de los ecologistas, Marine Tondelier, consideró vergonzosa la postura asumida por el presidente y la tildó de una irresponsabilidad democrática peligrosa.
Mañana deben comenzar nuevas conversaciones, con la expectativa de si la izquierda estará presente o no.
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