Nos solidarizamos sin una sola duda con el hermano pueblo venezolano y con nuestro compañero Nicolás Maduro, enfatizó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al denunciar acciones dirigidas a desconocer los resultados de las elecciones del pasado 28 de julio, en las que resultó vencedor el mandatario.
En su intervención de manera virtual en la XI Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), advirtió Díaz-Canel que la nación bolivariana enfrenta una campaña de descrédito que busca enmascarar otro intento de golpe de Estado.
No permaneceremos al margen ni en silencio frente a los ultrajes y la injerencia desembozada del imperio, sus corifeos o aquellos que prefieren no desafiar la línea de acción imperial, afirmó el mandatario cubano.
Señaló, asimismo, que estos «son tiempos de unión y de firmeza frente al imperialismo y las oligarquías que aprovechan la más mínima oportunidad para atentar contra el triunfo y la estabilidad de cada fuerza de orientación popular».
Subrayó que en Venezuela se dirime el conflicto entre dos visiones del mundo claramente en pugna: de un lado justicia social y del otro prevalece el interés por preservar el sistema de injusticias y hegemonías.
No es posible permanecer indiferentes ante la calculada articulación de las oligarquías regionales, el imperialismo, los emporios de las comunicaciones y las plataformas digitales contra Venezuela, apuntó.
En su intervención el presidente elogió la serenidad, el alto sentido democrático y vocación de paz expresada por Maduro y su equipo al responder a las provocaciones.
Los jefes de Estado y de Gobierno participantes en el foro virtual emitieron una declaración de condena a los planes y acciones desestabilizadoras impulsadas por factores externos que amenazan a la democracia, la paz y a la vida misma en ese país suramericano.
En ese sentido, reclamaron el cumplimiento de la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otra nación y de respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural.
Llamaron, asimismo, a trabajar para fomentar el diálogo y la cooperación constructiva, y ratificaron la vigencia de la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz.
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