Así lo explicó en entrevista exclusiva para Prensa Latina el embajador de esa nación en Colombia, Gabriel Campero, al tiempo que resaltó cómo los ejes de trabajo planteados buscan incluir a actores económicos de diferentes procedencias en medio de un escenario mundial matizado por tensiones financieras, conflictos bélicos y lenta recuperación.
En primer lugar, destacó el diplomático la convocatoria de Arce a un gabinete social coordinado con el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana, donde quedó refrendado el apoyo por parte de las organizaciones integrantes del Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) a las nuevas directrices trazadas.
Solo después de este consenso, comentó, el presidente citó al sector empresarial para establecer acciones conjuntas que mejoren el contexto en lo referido al abastecimiento de combustibles y a la tenencia de divisas, sin perjudicar al consumo interno.
En estas reuniones, ahondó, se acordaron 17 puntos que versan sobre cuestiones diversas entre las que se hallan el establecimiento de mecanismos para destrabar la aprobación de créditos pendientes en la asamblea legislativa, asunto que también se abordó con el gabinete social.
En este punto, especificó Campero que se trata de más de mil millones de dólares que permanecen inmovilizados y cuyo destino serían proyectos de inversión asociados a ampliación de líneas del teleférico, infraestructura de carreteras, entre otros.
Otro aspecto vital versa acerca de la gestión de nuevos financiamientos externos, pero siempre con apego a los términos y autonomía nacional, según acotó el diplomático.
“Está completamente descartado que se esté cediendo frente a organismos como el Fondo Monetario Internacional. Somos soberanos y vamos a buscar siempre los financiamientos con capacidad de pagos que estén asociados con beneficios a las grandes poblaciones sin poner en riesgo la soberanía”, sentenció.
También mencionó la decisión de simplificar el trámite para la importación de combustibles y fortalecer la lucha contra la corrupción y el contrabando que hoy afecta al mercado hidrocarburífero debido a los precios subvencionados.
Asimismo, añadió, se buscará impulsar las exportaciones con valor agregado, en línea con la política seguida por el presidente Arce de priorizar la industrialización, sustituir importaciones y vender en el mercado internacional el excedente una vez que se logre el abastecimiento interno.
Entrarían igualmente dentro del paquete de medidas el aporte de dos mil 500 millones de bolivianos para capital de exportadores, con lo cual se busca colaborar en la atracción de divisas; así como la evaluación de la reducción de aranceles para fomentar la industria nacional.
Los ejes de trabajo incluyen igualmente la inversión en energías alternativas, conformar un gabinete de turismo para impulsar el sector, promover el consumo de los productos hechos en Bolivia, estudiar los beneficios de la biotecnología en el ámbito agrario e impulsar la inversión privada en hidrocarburos.
Campero acotó que las alianzas con el sector privado no son nuevas en la política de Bolivia y recordó que durante el primer periodo del proceso del cambio en el país incluso se les otorgó un perdón tributario del 95 por ciento.
Lamentó que existan campañas de descrédito hacia Arce por parte de algunos actores con ambiciones electorales, también incapaces de valorar sus esfuerzos para la alcanzar la industrialización y el desarrollo, lo cual intenta conseguir ya no en una época de bonanza petrolera, sino tras una pandemia, en medio de una crisis mundial y conflictos bélicos.
La visión del presidente no ha cambiado ni pretende volver a tiempos neoliberales por buscar acuerdos con el sector privado que en definitiva también es parte del país, sentenció.
Desde el primer día, afirmó, tuvo la voluntad de llevar adelante una nación que pueda sostenerse por sí misma, porque el modelo económico social comunitario productivo es un sistema enfocado en la redistribución de la riqueza y eso todavía se mantiene vigente.
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