Datos del ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) citados por la prensa indicaron que la primera sacudida ocurrió a las 3:57 de la tarde (hora local) con epicentro frente a la costa de La Libertad, a 70 kilómetros de la playa Mizata a 13 kilómetros de profundidad.
Pero después vinieron otros partes. El ministro del MARN, Fernando López, informaba con prontitud que tres terremotos ocurrieron en la tarde frente a la costa de La Libertad. El primero fue magnitud 6.1, a las 3:57 p.m., con una profundidad 13 km. No existe amenaza de tsunami para El Salvador.
En medio de la alarma se produjo el segundo, de magnitud 4.2 a las 4:11 p.m., con profundidad de 14 kilómetros; y el tercero, de 4.6, a las 4:16 p.m., con profundidad de 25 kilómetros, y así, sucesivamente otros, hasta uno de 3.8 a las 5:18 de la tarde, reseñó el diario El Mundo.
Si no es un récord no estuvo lejos de serlo y llama la atención que todos se produjeron en el Océano Pacífico frente a la costa salvadoreña. Expertos valoran que eso evitó daños materiales y victimas entre la población, pues de ser en tierra firme otros efectos serían.
Entre las primeras reacciones al temblor estuvo la del presidente Nayib Bukele quien desde su cuenta en X informaba al país que “no hay daños personales ni materiales tras el fuerte temblor”.
A los temores iniciales y algunos gritos de personas no acostumbradas a habituales fenómenos de esta naturaleza, vinieron los recuerdos y anécdotas.
Según historiadores San Salvador es conocido desde hace siglos con este calificativo de “valle de las hamacas” ya que se ubica en medio de valles de volcanes que frecuentemente producen sismos, temblores, terremotos. De hecho, sus habitantes están muy acostumbrados a esta frecuente situación, en la cual da la sensación de estar meciéndose en una hamaca.
El valle en el que se ubica San Salvador lleva por nombre «de Las Hamacas» o de «Zalcoatitán». El primero fue puesto por los conquistadores españoles debido a su naturaleza sísmica. Y es que este valle es atravesado por muchas fallas tectónicas que en su acomodo producen frecuentes sacudidas y movimientos parecidos al de las hamacas al mecerse.
Por suerte, lo de la víspera solo fue eso, un movimiento de la hamaca.
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