Al pie de monte de la Gran caverna de Santo Tomás, en Viñales y entre las mayores de América Latina, el joven Yosnierkis Núñez, reseñó la vida de esos hombres que con valentía e hidalguía pusieron fin al terrorismo impuesto por bandas asalariadas por la Central de inteligencia de los Estados Unidos en las serranías vueltabajeras.
Fue en ese sitio donde Fidel Castro se reunió el 31 de agosto de 1959 con Leandro Rodríguez para agrupar a doce lugareños que, tras recibir preparación militar, dieron captura al cabo Lara y sus hombres, causantes de muertes inocentes.
Malagón, dijo entonces Fidel a Leandro, si ustedes triunfan habrá milicias en Cuba.
En solo 18 días fue cumplida la orden del Jefe de la Revolución. En octubre del propio año nacían las milicias desde el seno del pueblo.
En el memorial erigido en homenaje a Los Malagones, donde descansan sus restos, la integrante del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y primera secretaria en Pinar del Río, Yamilé Ramos, aseveró que la conciencia de doce campesinos demostró que nada ni nadie podía destruir una revolución verdadera con todos y para el bien de todos.
A la ceremonia asistió, entre otros, el también integrante del Comité Central del PCC, general de división Ernest Feijóo, jefe del Ejército Occidental.
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