Después de una enésima etapa de consultas sobre la nominación del futuro primer ministro y de casi dos meses desde las elecciones legislativas (7 de julio), el mandatario sume al país en un impasse que el mismo creó, subrayó la alianza en el texto circulado aquí.
Macron aceptó el 16 de julio la renuncia del primer ministro Gabriel Attal y de su gabinete, pero les pidió seguir en sus puestos con funciones básicas hasta la designación de un sustituto, lo cual sigue sin ocurrir pese a dos semanas de encuentros del jefe de Estado con fuerzas y figuras políticas.
Para el Nuevo Frente Popular, resulta un fracaso justificar la demora con el argumento de que el designado podría enfrentar una moción de censura en la Asamblea Nacional, donde ningún bloque cuenta con la mayoría absoluta (289 diputados).
Tampoco sirve de nada lanzar uno tras otro a la prensa nombres de candidatos, fustigó en alusión a la tendencia de los últimos días de mencionar en los medios a políticos que eventualmente estarían cerca de la nominación.
La izquierda ratificó su derecho a gobernar, al resultar la lista que más diputados llevó a la Asamblea (193) a raíz de las legislativas de julio.
Sin embargo, Macron ya descartó nombrar como primera ministra a la propuesta del Nuevo Frente Popular, la economista Lucie Castets, una de las firmantes del reclamo, junto a los dirigentes insumiso, Manuel Bompard, socialista, Olivier Faure, ecologista, Marine Tondelier, y comunista, Fabien Roussel.
El documento denuncia los problemas financieros y fiscales de Francia y exige soluciones ante «las urgencias sociales, climáticas y democráticas», desafíos que la izquierda se considera la única capaz de enfrentar.
Por su parte, la derecha presiona al mandatario para que se incline en su designación a Matignon hacia ese campo, mientras otros sectores abogan por un gobierno técnico capaz de generar consensos en el variado y polarizado escenario político imperante.
Al respecto, el Nuevo Frente Popular reiteró su voluntad de buscar acuerdos texto por texto en el Parlamento, aunque ya fuerzas de derecha y de extrema derecha adelantaron que censurarán cualquier gobierno de izquierda.
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