De acuerdo con el documento, para minimizar el impacto sobre el hábitat natural de los cetáceos y garantizar una experiencia segura y respetuosa para los turistas, se establecen medidas como la permanencia máxima de 30 minutos si hay una embarcación en el área de avistamiento o 15 minutos si hay más de una.
Además, solo se permitirán hasta tres embarcaciones simultáneas en el área de avistamiento y un máximo de dos paseos diarios por embarcación, una en la mañana y otra en la tarde.
Según la cartera ministerial, estas jornadas deberán realizarse en condiciones de luz natural adecuadas, con un receso mínimo de tres horas entre cada jornada para reducir la presión sobre las ballenas.
Por último, decretó, la observación de estas debe realizarse por orden de llegada de las embarcaciones.
Las recomendaciones incluyen cuestiones tales como no realizar acercamientos directos ni permitir el contacto físico con las ballenas, mantener el silencio durante el avistamiento, evitar seguir a las hembras con sus ballenatos, no arrojar residuos ni alimentar a los cetáceos y retirarse de la zona ante cualquier signo de estrés en los animales.
Se aconseja mantener una distancia mínima de 200 metros y no interponerse en el recorrido natural de las ballenas.
La fuente divulgó además que, con el objetivo de proteger a estos ejemplares, el Ministerio lideró una jornada de formación con pescadores e investigadores en Tumaco, en el suroeste del país, para la identificación, reporte y manejo de enmallamientos.
Cada año, entre julio y noviembre, las ballenas hacen su tránsito por el país para aparearse y dar a luz a sus crías. Nuquí, Isla de Gorgona y Bahía Málaga, en el Pacífico colombiano, son zonas clave para este avistamiento.
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