Desde que reabriera ese límite en agosto, más de mil 599 toneladas métricas de alimentos y suministros nutricionales vitales cruzaron para llegar a 130 mil personas.
Parte de esta ayuda ya se ha distribuido en Mornei, en Darfur occidental, una de las zonas con riesgo de hambruna de acuerdo con estimaciones de las Naciones Unidas.
En esa ciudad, más de 22 mil personas recibieron raciones de alimentos de emergencia y casi cuatro mil 800 niños, mujeres embarazadas y lactantes recibieron suplementos nutricionales.
El resto de la ayuda se dirige a otras comunidades del oeste de Darfur que también corren riesgo de hambruna en zonas de Kereneik y Sirba.
Las autoridades abrieron el cruce de Adre el 20 de agosto, como una vía fundamental para evitar que la hambruna se propague en la nación africana.
La ruta es considerada la más eficaz y corta para llevar insumos desde el vecino Chad hacia Darfur, una vasta región sudanesa severamente afectada por la guerra.
El conflicto mantiene a casi 26 millones de personas en situación de hambre aguda e incluso en condiciones de hambruna reportadas en el campamento de desplazados de Zamzam, cerca de El Fasher, capital de Darfur del Norte.
Un reciente informe del Índice de Clasificación Integrada de la seguridad alimentaria estimó que otras 13 localidades en otras partes de Sudán corren también el riesgo de sufrir hambruna.
El cruce de Adre permaneció cerrado desde febrero y las entidades humanitarias emplearon como alternativa el acceso fronterizo de Tine hacia el norte de Darfur desde Chad, pero la temporada de lluvias en curso volvió intransitable gran parte de la ruta.
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