Según los reportes, dicha crisis hidrológica tiene su base en el Pantanal, ubicado en la región del Mato Grosso del Sur de Brasil.
El especialista en hidrología, Max Pasten, expresó a La Nación que el panorama es desalentador y el impacto en la economía podría ser duro, ya que no se esperan lluvias importantes en las próximas semanas e incluso las que se pronostican hasta fin de año no serán suficientes para apaciguar la crisis.
“La mayor bajante actualmente es la cuenca media de Puerto Casado y Asunción. Esto trae un impacto negativo. A corto plazo no se esperan lluvias importantes, es decir, habrá pero con volúmenes que no aliviarán la condición del río”, manifestó Pasten.
En ese sentido, reconoció que, si bien esto responde a una situación de la naturaleza contra la que no se puede “luchar”, sí se pueden tomar medidas al respecto.
Precisó que se debe implementar un plan de acción de dragado, que consiste en la limpieza y ahondamiento de un cuerpo de agua, a partir de la remoción de rocas y sedimentos.
También mencionó que el suministro de agua potable es crucial, ya que hay sectores de Asunción donde se alimentan del agua del río, por lo que se debe tener un plan de contingencia.
A la par, tomar acciones para controlar los focos de incendio. “Hay otros problemas asociados como los incendios forestales que hoy lo estamos viviendo, y ahí tenemos otro problema, que es la salud”, acotó.
Pasten indicó que la sequía está totalmente instalada en el país desde el 2020 producto del fenómeno La Niña, y en ese año 2021 se dio la mínima histórica en 118 años.
Por eso, reiteró la importancia de tomar las precauciones pertinentes para mantener navegables los ríos, ya que es una fuente importante para la industria, tanto en importación y exportación, eje transversal de nuestra economía.
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