Este país del Sudeste Asiático, de 33.4 millones de habitantes, conmemoró el aniversario 67 de su independencia el pasado 31 de agosto y festejará el Día de Malasia el próximo 16 de septiembre bajo el lema «Malasia Civilizada: un alma libre», precisó Radzi en una recepción en el hotel Meliá Habana dedicada a ambas efemérides.
El objetivo -añadió- es conseguir el fomento y el progreso mediante el apoyo a seis valores fundamentales: sostenibilidad, prosperidad, innovación, respeto, confianza y compasión.
«Alma libre» significa la libertad del pueblo respecto a cualquier elemento negativo al interpretar el «espíritu patriótico a través de los aspectos del pensamiento, la integración social y la economía», precisó el jefe de Misión.
Malasia logró la independencia en 1957, siendo una nación netamente agrícola y productora de materias primas; desde entonces impulsó su industria y en los últimos 30 años se empeñó en desarrollar los servicios como el sector financiero y el turismo que le reportan sustanciosos dividendos.
Su economía crece en 2024 más rápido de lo pronosticado. Cerró el primer trimestre con una expansión del Producto Interno Bruto de 4.2 por ciento, y la Federación de Fabricantes de Malasia vaticina que terminará el año con 5.1 por ciento.
El mayor reto actual es centrar los esfuerzos para pasar de un país de ingresos medios a uno de ingresos altos «que le permita a nuestros compatriotas malasios disfrutar de una mejor calidad de vida e inclusión social», destacó.
En su alocución a los asistentes en el Salón Cetro, el embajador Radzi señaló que el próximo año Malasia y Cuba celebrarán 50 años de relaciones que establecieron en 1975, y desde entonces han cultivado muy buenos nexos.
Sin embargo -añadió- «son los valores y la perspectiva comunes, y el espíritu de humanidad lo que nos han acercado más».
«Compartimos una estrecha relación de trabajo en los foros internacionales en muchos temas, y Malasia seguirá apoyando a Cuba en las Naciones Unidas y a nivel internacional para poner fin a los bloqueos unilaterales contra Cuba», aseguró Radzi.
Igualmente, refirió que su país tendrá otra importante tarea el próximo año, la de asumir la presidencia de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, posición que él aprovechará para acercar más a Cuba a ese mecanismo regional, a partir de que ambas partes rubricaron en 2020 el Tratado de Amistad y Cooperación.
Para culminar expresó su confianza de que los lazos de amistad y cooperación entre los dos países «seguirán fortaleciéndose y prosperando en años venideros».
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