Esta asociación asiste a más de tres mil menores de edad en la región de Tigray (norte) y la donación recibida forma parte de los esfuerzos para promover la implementación del Acuerdo de Cese Permanente de Hostilidades aprobado en 2022 y que puso fin al conflicto entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigray.
De igual manera, busca apoyar el bienestar y la rehabilitación de las comunidades vulnerables y afectadas por la guerra, precisó el texto divulgado por la organización continental africana.
Japón donó los fondos para ese donativo que incluyó teff para injera (parecida a una crepa hecha con harina de tef), harina de trigo, aceite para cocinar, utensilios de cocina, artículos sanitarios, ropa de cama, equipos deportivos, así como libros, libretas y bolígrafos comprados a vendedores locales.
En nombre de la UA, el jefe de la Misión de Monitoreo, Verificación y Cumplimiento, general de división Stephan Radina, entregó los artículos a la directora y fundadora de ERDA, Yemane Weldemariam, y su equipo en una ceremonia celebrada el 10 de septiembre, víspera del año nuevo etíope 2017.
Radina reiteró el compromiso de la Unión Africana con la promoción de la paz, la seguridad y la estabilidad en el continente y la protección de las personas vulnerables, en particular los niños en situaciones de conflicto y posconflicto, en consonancia con la Aspiración 4 de la Agenda 2063.
Weldemariam, por su parte, agradeció a la UA por su “generoso apoyo y compromiso inquebrantable para ayudar a los ciudadanos vulnerables y víctimas de la guerra en el país y por marcar una diferencia en nuestra comunidad”.
En junio de 2023 el Panel de Alto Nivel de la organización continental africana sobre Etiopía dirigido por el expresidente de Nigeria Olusegun Obasanjo, junto con el comisionado del Departamento de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la Comisión de la UA, Bankole Adeoye, realizó una visita a Mekelle y varios campos y centros de desplazados internos.
La ERDA fue seleccionada como institución beneficiaria por su singularidad de servir como refugio para niños que perdieron a sus padres en diferentes circunstancias durante el conflicto. Desde hace una década también atiende a personas vulnerables de la comunidad, incluidas mujeres viudas y personas sin hogar.
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