El fenómeno constituye además una preocupación para la seguridad nacional, afirmó Furtado, quien abordó el tema en una reunión con miembros del gobierno provincial de Cabinda, una de las regiones más afectadas debido a sus fronteras con la República del Congo y la República Democrática del Congo (RDC).
En el encuentro, donde participaron los responsables de los órganos de Defensa y Seguridad, el ministro de Estado explicó que a este problema se asocian otros como la migración irregular, el tráfico de seres humanos, el tráfico y contrabando de armas y la pesca ilegal, reportó Jornal de Angola.
Furtado remarcó en particular la inseguridad en torno a las plataformas petrolíferas y las limitaciones que el fenómeno crea para las empresas del sector, además de los riesgos que supone para los objetivos estratégicos instalados a lo largo de la costa marítima angoleña.
Destacó el trabajo realizado por los servicios de seguridad e inteligencia del país y la colaboración con las autoridades de la RDC, que se han comprometido a trabajar para garantizar la seguridad en la frontera común.
La pasada semana el ministro de Estado dijo que entre las provincias de Zaire y Cabinda tiene lugar alrededor del 80 por ciento del contrabando de combustible del país, y solo en la provincia de Zaire el volumen alcanza los 700 mil litros al mes, lo que ilustra la gravedad del problema y su impacto económico.
Furtado señaló entonces que miembros de alto rango de las fuerzas de defensa y seguridad están involucrados, y afirmó que fueron identificados algunos casos de implicación de gobernantes, exgobernantes, oficiales generales, comisarios, oficiales de otros niveles, autoridades tradicionales y administrativas.
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