El Himno Nacional abrió el desfile interpretado por los jóvenes músicos con atuendo azul que identifica al país, para luego dar paso a los tradicionales fuegos artificiales que llenaron el cielo con sus colores azul y blanco.
Siguió el desfile, desde la base del monumento al Salvador del Mundo, con el ritmo de la banda de más de mil integrantes que trazó el rumbo hacia el emblemático Parque Cuscatlán, hacia donde se desplazarían luego sectores de la sociedad salvadoreña, incluidos miembros de la Fuerza Armada, fortalecida con nuevas técnicas por el gobierno del presidente Nayib Bukele.
Una gran masa de salvadoreños se agolpaba a ambos lados de la Avenida Roosevelt con banderas azul y blanco para vitorear y apreciar el colorido espectáculo encabezado por la juventud con el “ensamble musical” más grande de la región, según señala la información oficial.
Después siguió una demostración de la acción de la Fuerza Naval Trident contra un semisumergible usado por el narcotráfico para trasladar cocaína y otras drogas por aguas del Pacifico con rumbo norte.
Cadetes de academias y escuelas militares siguieron en la marcha, secundados por distintos cuerpos de la Fuerza Armada y siete aviones de combate A-37B Dragon Fly, así como vehículos blindados usados en cercos militares y el combate a las pandillas.
Mientras, por la Avenida Roosevelt y la calle 25, en el área del parque Cuscatlán miles de representantes de organizaciones sociales, grupos progresistas como el Movimiento de Izquierda Salvadoreña (MIS), y asociaciones no gubernamentales, agrupadas en el Bloque de Resistencia y Rebeldía, marcharon hacia el centro histórico para protestar por medidas del Ejecutivo.
Walter Raudales, dirigente del MIS, expresó su protesta contra el Gobierno y dijo que «este país se está hundiendo con cerca de la mitad de la población en pobreza y pasando hambre. Nosotros expresamos en las calles nuestro descontento. Este país avanza hacia el caos», aseguró.
La libertad de los detenidos, inocentes, bajo el régimen de excepción, mejores salarios, respeto a los derechos humanos, entre otras demandas, acompañaron a los manifestantes.
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