Alrededor de mil 600 bomberos están movilizados para hacer frente a cerca de una veintena de focos activos, y la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil puso al país en «situación de alerta» desde el sábado por la tarde.
El foco principal, contra el que luchan más de 500 efectivos, arrasa desde el domingo por la tarde los alrededores de Oliveira de Azeméis, en el norte de la región.
Un poco más al sur, un incendio alcanzó al menos dos casas en dos pueblos del municipio de Albergaria-a-Velha, indicó el alcalde, Antonio Loureiro.
El tráfico quedó interrumpido en tres autopistas que atraviesan la zona, señaló por su parte la gendarmería.
Hasta ahora, Portugal vivía un verano relativamente tranquilo en materia de incendios, con una superficie quemada de diez mil 300 hectáreas hasta fines de agosto, equivalente a un tercio del total de 2023 y siete veces menos que la media de la última década.
Tras los graves incendios de 2017, que causaron cientos de muertos, el país multiplicó por diez la inversión en prevención y duplicó el presupuesto de lucha contra ese fenómeno.
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