Según el comunicado del ente diplomático, en la reunión ambos abordaron todas las cuestiones humanitarias importantes, incluida la situación en la región de Kursk.
El pasado 16 de septiembre, el canciller ucraniano, Andréi Sibiga, pidió a su personal que cursen invitaciones oficiales a la ONU y al CICR «para unirse a los esfuerzos humanitarios en la región de Kursk».
El ministro afirmó que Ucrania está dispuesta a «facilitar esa labor y demostrar su adhesión al derecho humanitario internacional».
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, calificó esa oferta de provocación y supuso que será ignorada por los destinatarios y recibirá una evaluación imparcial.
El martes, la portavoz de la Cruz Roja en Moscú, Galina Balzámova, dijo que el organismo estaría dispuesto a enviar sus equipos a las áreas ocupadas por las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk a condición de que las dos partes, Moscú y Kiev, le proporcionen las medidas de seguridad pertinentes.
El pasado 6 de agosto las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la provincia de Kursk y ocuparon varias áreas, lo que provocó el desplazamiento de más de 100 mil civiles, y desde el 9 de agosto la zona vive una situación de emergencia de nivel federal.
El presidente ruso, Vladímir Putin, prometió una digna respuesta a la provocación de Kiev, a la que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania.
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