De acuerdo con el primer ministro Li Qiang, esta medida es clave para enfrentar el envejecimiento poblacional, liberar el potencial de talento y fortalecer la modernización del país.
Se trata de una de las acciones aprobadas recientemente por el tercer pleno del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh).
En la sesión, a la que asistieron altos representantes del gobierno, Li enfatizó que la reforma debe ejecutarse de manera ordenada bajo los principios de voluntariedad y flexibilidad, según los intereses de los trabajadores.
A su vez, se subrayó la importancia de fortalecer el sistema de seguridad social, con el fin de mejorar el bienestar de la población.
El primer ministro instó a las autoridades regionales y departamentales a coordinar esfuerzos para garantizar una implementación efectiva de las nuevas políticas.
Durante la reunión, otros funcionarios destacaron la importancia de resolver las preocupaciones de la población mediante políticas complementarias, como el aumento de los servicios de cuidado infantil y la reducción de las cargas vinculadas a la educación y la crianza.
Li subrayó la necesidad de reforzar el liderazgo organizacional y la cooperación entre regiones y departamentos, con el objetivo de asegurar una transición fluida en la implementación de la reforma.
A partir de 2025 y a lo largo de 15 años, la edad legal de jubilación aumentará progresivamente de 60 a 63 años para los hombres y de 50 a 55 o de 55 a 58 años para las mujeres según el tipo de trabajo que realizan.
La edad actual de jubilación en China es una de las más bajas del mundo y no se había modificado desde 1978.
El gigante asiático tiene una esperanza de vida que se situó en 78 años en 2021, con una población cada vez más envejecida y un descenso notable de la tasa de natalidad.
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