La decisión del gobierno del primer ministro provisional, Garry Conille es adoptada luego que cuatro buques anclados en la bahía se marcharon debido a la difícil situación creada por los bandidos.
Ahora se pondrán en funcionamiento tres embarcaciones de 110 pies, una de ellas, estará en las aguas de La Gonâve para escoltar a los barcos hasta la mitad del camino, otro para llevarlo al puerto, y un tercero los acompañará en su salida de Puerto Príncipe.
El diario Le Nouvelliste recordó que recientemente fueron raptados dos tripulantes filipinos de un buque, un mecánico y el cocinero, y todo ocurrió a 15 millas náuticas del terminal portuaria.
En ese contexto, los bandidos también dispararon en reiteradas ocasiones contra el puerto, de ahí que se procedió a destruir las edificaciones desde donde abrían fuego.
Estas fechorías dirigidas a espantar a las navieras, y con ellas, hacer mella en las importaciones acontecen justamente cuando el contrabando desde la vecina República Dominicana vuelve a ganar fuerza, y surge la pregunta, según el rotativo, a quién le conviene anular ese eslabón de la economía nacional.
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