En declaraciones a Prensa Latina, explicó que Irena respalda a Cuba en la integración de las energías renovables (ER) en las cadenas de valor agroalimenticias y en la búsqueda de mejores prácticas para el incremento y adopción de un sistema eléctrico de diferentes tecnologías de fuentes limpias.
En el contexto de la III edición de la Feria de Energías Renovables y Eficiencia Energética, que concluyó este viernes en el recinto ferial capitalino de Pabexpo, Torón aseguró que estas investigaciones se realizan a través del Ministerio de Energía y Minas.
Los estudios, continuó, están centrados en cómo integrar las ER de manera descentralizada en las cadenas de valor en sectores agrícolas y alimenticios, así como en identificar las regiones del país y puntos específicos (dentro de la cadena) donde se pueda aportar mayor valor al integrar las energías renovables.
De manera específica, ¿Qué tecnología será?, eso solo lo dirá al final el estudio, y una vez concluido, buscaremos la manera de implementar todas las recomendaciones, enfatizó.
Al reflexionar sobre los planes de Cuba en materia energética consideró que son muy ambiciosos en lo referido a la reducción de emisiones contaminantes y en su compromiso global ante el cambio climático.
Evidentemente, al aumentar la matriz energética renovable, al descarbonizar la economía y disminuir el empleo de combustibles fósiles, será muy beneficioso para el país, aseguró el experto.
Cuba, añadió, al igual que otros países en Latinoamérica posee un gran potencial para el desarrollo de esas tecnologías, específicamente los sistemas fotovoltaicos a pequeña, mediana y gran escala, aplicables a negocios y a la matriz energética.
Las perspectivas de Irena es la colaboración de conjunto con otras agencias, pues están interesadas en continuar su apoyo al país en esta transición energética y en la adopción de ER, cuyos proyectos llegarán con el tiempo y estaremos listos para apoyar.
A juicio de Torón, la isla sería una de las naciones que obtendría mayores provechos de materializar la transición energética, más allá de cumplir con objetivos climáticos al descarbonizar la economía. También lograría bondades financieras y socioeconómicas al hacer la transformación desde combustibles fósiles hacia tecnologías renovables.
La proyección es integrar también la cadena laboral, ello implicaría formar expertos en la instalación y mantenimiento de esas tecnologías y, a la vez, incluir a minorías como mujeres y jóvenes.
Para Irena, remarcó, es importantísimo el papel de las mujeres dentro de la transición energética, pues su participación en el desarrollo de las ER creció con el tiempo y la idea es que el aspecto de género sea puntual.
En general, reflexionó, las mujeres en el sector energético han jugado un papel muy pobre en el pasado y sentimos que la transición es una oportunidad invaluable para hacer posible esta integración.
Irena es un organismo intergubernamental, del cual Cuba es país miembro.
npg/tdd