En un comunicado, el Programa anunció que la iniciativa se pondrá en marcha en cooperación con otras agencias de las Naciones Unidas y organizaciones internacionales, y en coordinación con la Gobernación de Damasco y el Departamento de Servicios de Yarmuk y el vecino barrio de Tadamon.
Explicó que el proyecto pretende implementar un plan de recuperación temprana como parte de un proceso participativo interactivo, en el que se involucre a diversos grupos sociales residentes en el campamento.
Las máximas autoridades sirias emitieron directivas para acelerar el regreso de los residentes mediante la retirada de los explosivos, la remoción de los escombros, el desminado de la zona, y la reapertura de las calles y avenidas.
Yarmuk se creó en 1957, a dos kilómetros al sur del centro de la ciudad de Damasco, y vivían en el mismo antes del estallido de la guerra en 2011 unas 700 mil personas, 200 mil de las cuales eran palestinos.
Las agrupaciones terroristas lo invadieron en 2012 y toda su población fue desplazada hasta que el ejército sirio logró el 21 de abril de 2018 liberar el campamento tras una operación militar que duró 33 días.
De acuerdo con los comités de evaluación de daños, el 20 por ciento de las casas fueron destruidas por completo, un 40 por ciento sufrieron destrucción parcial, mientras el 40 por ciento restante están habitables, pero necesitan labores de rehabilitación.
Los palestinos llaman a Yarmuk como la ‘capital de la diáspora’ y fue sede de las agrupaciones más importantes de sus nacionales, encabezadas por Fatah y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, y un punto de partida para la acción armada contra Israel dirigida por Yasser Arafat, en 1965.
Damasco sitúa la reconstrucción como una de sus prioridades, y el presidente Bashar al-Assad declaró en repetidas ocasiones que su país contará con el apoyo de ‘países amigos’ en la reconstrucción, en momentos en que Naciones Unidas estimó el costo de destrucción en Siria en unos 400 mil millones de dólares.
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