Los datos también servirán para analizar la efectividad de las medidas adoptadas por los Gobiernos en los últimos 10 años, explicó la especialista técnica de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) Martha Salazar.
Este territorio centroamericano ejecutó el Pacto Hambre Cero, la Estrategia para la Prevención de la Desnutrición Crónica y la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, señaló Salazar, citada por el diario local Prensa Libre.
“De los seis años en adelante los centímetros de estatura que se dejan de ganar no se recuperan”, amplió, al calificar de vital la intervención integral previo a esa edad para prevenir el retardo de crecimiento.
La Sesan, subordinada a la Presidencia, trabaja por completar una muestra de 422 mil 278 niños de primer grado de 16 mil 364 centros educativos en todo el país.
El indicador de talla para la edad permite conocer la historia nutricional de las familias, subrayó la experta, además del entorno, si hubo o no privaciones en el consumo de alimentos, la capacidad adquisitiva en los hogares y la disponibilidad de agua potable, entre otros factores.
El Censo de hace una década evidenció que cuatro de cada 10 estudiantes de primer grado tenían retardo en talla o desnutrición crónica.
El daño nutricional resultó más elevado en niños de mayor edad, que vivían en el área rural y que su idioma materno no era el español, señaló.
A nivel nacional la talla promedio de las niñas de siete años era 7,3 centímetros más baja que el estándar de referencia de la Organización Mundial de la Salud.
La Sesan impulsa la coordinación entre distintos actores locales para trazar un camino claro hacia sistemas alimentarios más robustos y sostenibles.
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