El mandatario remarcó que el mundo necesita evolucionar hacia una arquitectura de paz en la que se defienda y proteja el principio de seguridad compartida, y donde ningún ciudadano, Estado o región se sienta protegido a costa de la inseguridad de los demás.
“Angola cree que no es posible construir un mundo equilibrado, seguro y sostenible en el que la dignidad y el acceso a las oportunidades sean beneficio exclusivo de un pequeño grupo de privilegiados, en detrimento de la mayoría de la población mundial”, subrayó.
El jefe de Estado angoleño saludó la realización de la reunión para discutir las mejores estrategias para fortalecer y renovar el sistema multilateral, de manera que esté más preparado para afrontar los retos globales y amenazas emergentes.
Agregó que el compromiso político con este acuerdo debe contribuir a que el mundo reúna los recursos necesarios para financiar el desarrollo sostenible y los esfuerzos para construir una nueva arquitectura de paz, centrada en la defensa de los derechos humanos, la igualdad de género y el imperativo de no dejar a nadie atrás.
Lourenço expresó su esperanza de que la Cumbre del Futuro contribuya a una mayor coordinación en la gobernanza económica mundial, con el fin de reducir las desigualdades entre Estados y promover un desarrollo sostenible y sostenido, que resuelva los problemas de pobreza, hambre, malnutrición, inseguridad y otros males.
Significó que en la implementación de esta hoja de ruta no se pueden dejar de lado a los jóvenes y las mujeres, y que el Pacto del Futuro ofrece una oportunidad para una mayor participación de estos en la toma de decisiones a todos niveles.
“Debemos intensificar la lucha por erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, que es el mayor desafío global de nuestro tiempo”, enfatizó.
Valoró este elemento, además, como un requisito indispensable para alcanzar el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria, el acceso a la energía, la conectividad digital, la educación, el empleo y la protección social.
“No podemos alcanzar nuestras ambiciones comunes de futuro y hacer frente a este gran reto sin situar a las personas más pobres y vulnerables en el centro de nuestras acciones y garantizar que ningún ser humano o país se quede atrás”, dijo.
Manifestó que Angola defiende la necesidad de alcanzar un consenso sobre la reforma de la arquitectura financiera mundial y la arquitectura de la deuda soberana mundial, lo cual es crucial para un sistema financiero internacional más justo y que sea capaz de servir a los intereses de los países en desarrollo.
Comentó los pasos dados en el país para la transición de la economía hacia la digitalización, con lo que esperan acercar y vincular más estrechamente a la población e instituciones con la interconexión global de la economía y el comercio, reduciendo así las barreras geográficas que impone la economía tradicional.
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