El genocidio es una mancha en la conciencia del mundo y la comunidad internacional adoptó una postura contra ello, subrayó Ramaphosa, quien significó que la violencia contra el pueblo palestino es, al igual que el apartheid, un crimen de lesa humanidad.
El mandatario sudafricano condenó el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre de 2023, que ocasionó la muerte de miles de personas y dejó cientos de rehenes, pero rechazó igualmente el acto de castigo colectivo aplicado por Tel Aviv contra el pueblo de Gaza.
El tormento sigue sin cesar, 40 mil palestinos han muerto, miles resultaron heridos y casas, hospitales y escuelas están destruidos mientras el hambre y las enfermedades asolan las calles de Gaza, describió.
Remarcó que su país no podía guardar silencio en tanto se perpetúa el apartheid contra otros, de ahí que decidieran presentar una demanda frente a la Corte Internacional de Justicia para que Israel detenga inmediatamente la embestida militar contra el pueblo palestino.
Hemos sido llamados a defender los principios de la Carta de la ONU y los principios del derecho internacional, que no pueden aplicarse de forma selectiva, enfatizó Ramaphosa.
Reiteramos nuestro llamado a favor de un cese al fuego inmediato y a favor de la puesta en libertad de todos los rehenes, dijo el presidente sudafricano y agregó que la única solución duradera es el establecimiento y respeto del estado Palestino con Jerusalén oriental como su capital.
En su discurso Ramaphosa también hizo alusión a los necesarios esfuerzos para establecer la paz en otros países, como en el este de la República Democrática del Congo, Sudán y Ucrania.
Llamó igualmente a cumplir las aspiraciones del pueblo del Sahara Occidental y a reformar el Consejo de Seguridad, que debe ser un órgano con más representación y más inclusivo.
A 78 años de su fundación sigue sin cambios, apuntó el mandatario, y señaló que África y sus millones de habitantes fueron excluidos del Consejo de Seguridad, que no ha cumplido su mandato de mantener la paz.
Debe ser reformado con carácter urgente, manifestó, para que las voces de todas las naciones se puedan oír y tener en cuenta, no puede ser un club exclusivo de cinco países.
Añadió que la prosperidad económica es clave para una paz sostenible y aludió a la emergencia climática actual, donde los países que más sufren son los que menos han contribuido al problema.
Insistió en que la acción climática no puede profundizar las desigualdades o retardar el desarrollo de quienes más lo necesitan, por lo que urgió a poner en marcha los instrumentos de financiamiento climático para la mitigación y respuesta.
De igual forma promovió la reforma del aparato mundial financiero, para que los países puedan salir de las arenas movedizas de la deuda y puedan acceder a mecanismos más equitativos; además de considerar el Pacto del Futuro como una importante plataforma de acción.
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