En los últimos reportes, el Ministerio de Salud Pública de Líbano reportó fallecidos en las aldeas de Bint Jbeil (tres), Joun (cuatro), Ain Qana (tres), Al-Muaisara (tres) y Tibnin (dos), incluidos niños y mujeres.
Como consecuencia de la ofensiva israelí, el camarógrafo del canal nacional Al-Manar, Kamel Karaki, perdió la vida tras una agresión dirigida al poblado sureño de Qantara, y son seis los profesionales de la comunicación asesinados en el país desde el 7 de octubre pasado.
Los aviones de combate israelíes lanzaron agresiones contra las localidades sureñas de Faron, Younin, Harbta, Salhiya, Srifa, Burj Al-Shamali, Al-Bazouriyeh, Sarafand, Malikh y Tuffatta.
En el este del país, los cazas apuntaron a los barrios de Yunin y Harbta en la Bekaa, además de ejecutar una serie de incursiones contra las proximidades de Nabi Sheet y Brital, en las cercanías de Baalbek y Hermel.
De acuerdo con el Comisario para los Refugiados, Filippo Grandi, el número de familias libanesas y sirias desplazadas hacia territorio sirio alcanzó las 27 mil personas durante las últimas 48 horas.
En su cuenta de X, Grandi lamentó la muerte de dos miembros del personal de la Agencia de la ONU para los Refugiados y condenó el fallecimiento de cientos de civiles libaneses por los ataques aéreos israelíes.
A la luz de la hostilidad de Israel y del movimiento de personas en busca de lugares seguros, el patriarca maronita, Mar Beshara Boutros Al-Rahi, agradeció los esfuerzos de todos los ciudadanos que abrieron sus hogares y brindaron ayuda a los necesitados.
El cardenal también resaltó la asistencia de organizaciones humanitarias que buscan cubrir las necesidades de alimentos, medicinas y colchones, así como a los hospitales por acoger a los heridos.
Por su parte, el presidente del Partido Democrático Libanés, Talal Arslan, convocó a manifestar la unidad nacional en su mejor forma y respaldar a la Resistencia en la defensa del pueblo frente a la brutalidad israelí.
Más de 550 personas murieron y casi dos mil sufrieron heridas desde el lunes, en un intento israelí de presionar militar y políticamente a la Resistencia libanesa de continuar sus operaciones en apoyo a Gaza y los combatientes palestinos.
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