“Se proyecta que el crecimiento del PIB mundial se estabilice en el 3,2 por ciento en 2024 y 2025, y que una mayor deflación, un aumento de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva en muchas economías ayuden a respaldar la demanda”, indica el informe del organismo con sede en París, Francia.
De acuerdo con los cálculos, la economía de la eurozona avanzará 0,7 por ciento en el presente año y podría acelerar su ritmo hasta un 1,3 por ciento en 2025, al considerar la posible recuperación de los ingresos reales y la disponibilidad de créditos.
Para Estados Unidos, el organismo prevé una ralentización de la actividad económica, al bajar el ritmo de expansión del PIB de 2,6 por ciento en 2024 a 1,6 puntos porcentuales en 2025.
En el caso de China, espera ascensos del 4,9 por ciento en 2024 y de 4,5 por ciento para el próximo año; es decir, una ligera reducción pese a los estímulos por la vía del gasto público, teniendo en cuenta el debilitamiento de la demanda de los consumidores y la situación del sector inmobiliario.
A escala internacional, los recortes de los tipos de interés impulsarán el gasto y los consumidores podrán beneficiarse de una menor inflación, apuntan las evaluaciones de la OCDE, compuesta por 38 Estados, entre ellos, Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Turquía.
En tanto, la inflación global podría ser 0,5 puntos porcentuales inferior a la prevista durante el próximo año, si prosigue el descenso de los precios internacionales del petróleo, considera el análisis.
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