Por segunda vez Abinader llamó la atención en esta tribuna sobre la espiral de violencia en la empobrecida nación que comparte La Española con República Dominicana y sus consecuencias, en especial para su nación por la cercanía geográfica.
Consideró que la estabilización de Puerto Príncipe constituye «una necesidad estratégica para la seguridad de su país» y en toda la región, en tanto solicitó una vez más el involucramiento de la comunidad internacional «de manera sostenida» en los intentos de estabilización.
Recordó que después de un «largo batallar por la aprobación de varias resoluciones en el Consejo de Seguridad, se empezó a vislumbrar un camino hacia la estabilidad con la creación del Consejo Presidencial de Transición y la llegada de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad» encabezada por Kenya.
Sin embargo, alertó que hasta ahora solo se han desplegado allí 400 efectivos de la misión, de un mínimo de mil para que la fuerza sea efectiva.
Advirtió que un fracaso de esa Misión «podría implicar la adopción de medidas drásticas por parte de Santo Domingo para proteger la seguridad nacional».
Al mismo tiempo, recordó que todavía «no se han depositado en el fondo fiduciario los recursos requeridos para el despliegue pleno de la referida fuerza multinacional a fin de alcanzar la paz y respaldar la eventual celebración de elecciones en ese territorio».
Manifestó que no se puede permitir que los esfuerzos hasta aquí alcanzados se desplomen, pues de lo contrario, expresó, el colapso de Haití será inminente.
Aseguró que «mientras la seguridad nacional de República Dominicana esté implicada no cesará de reclamar por la estabilidad y el desarrollo de Haití».
ro/mpv
