Embaló, al intervenir en el 79 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, expresó que la obligación de seguir los principios y cumplir las promesas de la Carta de las Naciones Unidas es la carga que soportan, siendo testigos de guerras devastadoras, de la intensificación de las tensiones regionales y de otras graves amenazas a la paz y la seguridad internacional.
“Cientos de millones de personas siguen viviendo en la pobreza extremas sin los medios básicos de subsistencia, sin esperanza de un futuro mejor, sin dignidad humana. Se está volviendo a un más urgente llevar a la práctica reformas de la gobernanza económica financiera mundial para hacerla más justa, inclusiva y equitativa”, enfatizó.
A su juicio, es la única manera de dar respuestas adecuadas a los retos enfrentados por la humanidad, luchando con mayor eficacia contra la pobreza y la exclusión social mediante acciones concretas. Debemos esforzarnos por financiar promesas de desarrollo, reducir las desigualdades, proteger el medio ambiente y mitigar los efectos del cambio climático, agregó.
El mandatario bisauguineano subrayó la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional para promover una mayor inclusión, especialmente en África, y considerar el papel y la contribución del continente a la economía mundial.
Al respecto, acogió con satisfacción la Cumbre del Futuro y manifestó su esperanza de que el Pacto para el Futuro pueda impulsar los esfuerzos colectivos, en aras de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2063 de la Unión Africana.
Subrayó la firmeza en la política de consolidación de la paz y la solución pacífica de las controversias en África Occidental y el mundo en general. Con ese propósito, comentó sobre las visitas de trabajo realizadas en los últimos meses a Rusia, Ucrania, Israel y Palestina.
Reiteró el llamado “a ponerle fin al injusto y muy daño embargo al que están sometidos desde hace décadas nuestros hermanos y hermanas de Cuba”.
Antes de concluir, informó que durante su liderazgo de la Alianza de Líderes Africanos contra el Paludismo alentó a la transferencia de tecnologías africanas y la puesta en marcha de los fondos y movimientos para acabar con esa enfermedad.
Pese a todos los avances, advirtió, persisten los retos ya que en los próximos tres años el organismo tendrá un déficit de mil 500 millones de dólares y debido al calentamiento global y las lluvias se amplía el alcance geográfico de los mosquitos, exponiendo a más de 170 millones de personas a patologías potencialmente mortales en el continente africano.
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