También somos hijos de una generación que participó activamente en la guerra y tenemos secuelas familiares de ella, subrayó la igualmente investigadora y catedrática en declaraciones a Prensa Latina.
Esta es una huella presente en la literatura, como la identidad de género, la de los niños que viven un rato en un país, juntan dinero y pasan a otro, agregó la autora de alrededor de 30 libros de poesía, ensayo, cuento e infantiles.
Además, sobresalen en los textos de la región la falta de oportunidades, de trabajo, de educación, la desigualdad de la mujer, el maltrato a los menores, remarcó Hernández, licenciada en Letras por la universidad San Carlos de Guatemala.
Enfatizó en que el estado de Chiapas, a partir de la historia y porque por allí pasa la ola de migrantes, prefiere en muchos casos integrarse a Centroamérica que a México.
De hecho, añadió, en este momento hay una éxodo importante debido al narcotráfico, que es otro tema que encontré en la literatura, aparte de los abusos, la trata de personas, el tráfico de armas, de niños.
La autora de la antología titulada Desde el Centro de América, miradas alternativas, afirmó que los habitantes de esta región tienen una identidad propia.
Así que basta ya de decir que somos un corredor, territorios de paso, porque poseemos idiosincrasia, insistió.
Mencionó autoras establecidas de Centroamérica como la guatemalteca Ixsu´m Antonieta González, narradora maya kaqchikel, médico herbolaria que recoge toda una tradición ancestral y propone una literatura diferente.
Sumó a la beliceña Holly Edgell, Ela Urriola y Nicolle Alzamora de Panamá, la nicaragüense Madeline Mendieta, María Eugenia Ramos de Honduras y Carla Sterloff de Costa Rica.
Hay muchas, y todas en este momento están proponiendo algo diferente por medio de su obra, aseguró Hernández, máster en Literatura Hispanoamericana por la universidad Rafael Landívar.
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