Al abordar esta reivindicación histórica en su discurso ante el plenario del período de sesiones 79, Sosa recordó que ese diálogo debe ocurrir en apego al llamado de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en su fallo sobre el diferendo bilateral.
«Mi país está dispuesto a entablar el diálogo cuando así lo decida nuestra contraparte (Chile). Creemos que el mar es un derecho del pueblo boliviano y de los pueblos”, sostuvo.
Bolivia acudió en 2013 ante la CIJ con la exigencia de que Chile reconozca los compromisos históricos de negociar una salida soberana al Pacífico, arrebatada en 1879 tras la invasión y una posterior guerra.
La CIJ falló a favor de Chile, sin embargo, en su veredicto afirmó que su determinación no debe ser tomada como un impedimento para que los dos países vecinos reinicien sus pláticas en consideración de la aspiración boliviana.
Recordó Sosa que la CIJ instó a Bolivia y a Chile a “continuar el diálogo e intercambio en un espíritu de buena vecindad para abordar asuntos relacionados a la salida soberana al Océano Pacífico, cuya solución ambas partes han reconocido como un asunto de interés mutuo”.
Insistió en que la CIJ hizo un llamado para que ambos estados puedan resolver, sobre la base del diálogo, una solución favorable para ambos pueblos con la finalidad de otorgar a Bolivia una salida soberana al océano Pacífico.
Subrayó que esa era una condición de la cual gozaba el país andino amazónico cuando nació en 1825 como una República independiente, como la misma CIJ reconoció en su veredicto.
Durante su intervención la ministra también repasó el contexto global y demandó una reestructuración profunda de las instituciones internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU para que sean “más democráticas y representativas”.
Sosa rechazó las medidas coercitivas unilaterales de grandes potencias que violan los derechos humanos y retrasan el desarrollo de muchos pueblos.
Al respecto ratificó en representación de Bolivia su “solidaridad con Cuba, Venezuela, Nicaragua y con todos los países del mundo que sufren injustamente estas sanciones unilaterales”.
En relación con la ínsula del Caribe, expresó el más enfático rechazo al bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos por más de 60 años.
Deploró también que el Gobierno norteamericano incluya a Cuba en una lista unilateral de supuestos países patrocinadores del terrorismo porque “ con valentía ha enfrentado los intentos de sometimiento y dominación del poder imperial”.
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