La nueva sentencia reconoce la falsificación de las pruebas que incriminaron al exboxeador profesional encarcelado desde 1966.
Dos años después el hombre fue condenado a la pena capital por el asesinato del dueño de la fábrica de soja fermentada donde trabajaba y la familia de este (esposa y dos hijos en común).
Aunque hace años Hakamada reconoció la culpabilidad, tiempo después denunció en la corte que lo habían torturado brutalmente para obtener una confesión del crimen.
Luego de que una nueva investigación demostrara en 2014 que el ADN de las prendas ensangrentadas recopiladas en el lugar del crimen no coincidía con el de Hakamada, el ciudadano japonés fue liberado de la cárcel a la espera de la repetición del proceso judicial.
Para entonces, ya había entrado en el Libro Guinness de los récords como el hombre con más tiempo en el corredor de la muerte.
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