El comunicado del ente de inteligencia precisa que Moscú no deja de recopilar datos sobre las circunstancias de la serie de explosiones en el mar Báltico y cada día aparecen nuevas notas que confirman la tesis sobre la implicación en esos incidentes.
Según el organismo, «la información disponible indica claramente que los ataques a los gasoductos son un acto de terrorismo internacional y una guerra económica de los anglosajones contra los aliados europeos, ante todo Alemania».
Desde 2022 Washington y Londres tratan de eliminar de la agenda informativa internacional el tema de las explosiones en los gasoductos Nord Stream, mientras los políticos independientes y expertos en los países occidentales siguen solicitando información fiable sobre el atentado.
Vísperas del segundo aniversario de las explosiones, Estados Unidos y el Reino Unido decidieron realizar una campaña de desinformación para «encubrir el verdadero propósito del sabotaje y a sus organizadores».
En particular desde agosto pasado, las estructuras y medios de comunicación controlados por los dos países difunden un bulo sobre la ejecución de los atentados exclusivamente por extremistas ucranianos que actúan de forma independiente, destacó el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia. A pesar de que tal versión no resiste la crítica, es la que ya fue impuesta a las autoridades investigadoras alemanas como la principal, reza el comunicado.
Se les dio un ultimátum para que completen la investigación de forma acelerada antes de fin de año, para que atribuyan el atentado a «aventureros ucranianos que odian a Rusia» y saquen de escena la cooperación transatlántica, añadió el comunicado. El Servicio destacó que el atentado contra los gasoductos causó daños irreparables a la economía europea y expresó la esperanza de que se siga llevando a cabo una investigación objetiva.
El 26 de septiembre de 2022 tres de las cuatro líneas de los Nord Stream 1 y 2 fueron blanco de un sabotaje con cargas explosivas en el fondo del mar Báltico, cerca de una isla danesa y frente a las costas suecas.
Alemania, Dinamarca y Suecia se negaron a investigar el sabotaje conjuntamente con Rusia y compartir con ella los resultados de sus pesquisas.
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