“Una de las cosas que hemos visto es que sus mítines no son como solían ocurrir antes. Está demente y eso se nota más a menudo”, afirmó Cohen, según publicó el medio digital Salon.
“De alguna manera intenta mantener viva la narrativa de que es un mejor candidato, pero vamos. Es Donald. Es un perdedor”, opinó quien le sirviera como reparador del magnate en casos como el pago por silencio en 2016 a una actriz de cine para adultos para evitar la divulgación de un supuesto amorío.
Recientemente, la candidata demócrata, vicepresidenta Kamala Harris expresó que, en los mítines, Trump “habla de personajes ficticios como Hannibal Lecter (…) de que los molinos de viento causan cáncer” y lo que “notarán es que la gente comienza a abandonar sus mítines temprano por cansancio y aburrimiento”.
“Y les diré que de lo único que no lo oirán hablar es de ustedes (el pueblo)”, acotó Harris entonces.
En ese sentido, Cohen señaló que la vicepresidenta tiene razón y anticipó que no está preocupado por la violencia política porque cree que la demócrata “ganará por un margen rotundo”. De cualquier manera, confesó con anterioridad que, si su exjefe logra la victoria, podría verse en la obligación de abandonar el país por temor a represalias.
“Me voy de aquí. Quiero decir, ya estoy trabajando en un pasaporte extranjero con un nombre completamente diferente”, explicó a MSNBC.
Cohen cumplió condena en prisión por delitos que incluyen mentirle al Congreso y violaciones a las leyes federales de financiamiento de campañas, y como advirtió a Salon, su exjefe enfrenta el mismo destino si pierde contra Harris.
Trump se convirtió en mayo en el primer presidente en funciones o expresidente de Estados Unidos en ser condenado en un juicio penal cuando un jurado de Nueva York lo declaró culpable unánimemente de 34 cargos asociados a la falsificación de registros comerciales para ocultar el pago que le hiciera Cohen a la actriz porno Stormy Daniels.
Ese fue el mismo escándalo que puso a Cohen tras las rejas, recordó el medio de prensa.
Pero también el exocupante del Despacho Oval enfrenta otras batallas legales en curso por su mal manejo de documentos clasificados y su papel en el ataque al Capitolio federal el 6 de enero de 2021, cuando una masa de sus seguidores trató de detener por la fuerza la certificación electoral del triunfo de Joe Biden en noviembre de 2020.
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