La idea es llegar a lugares donde los habitantes carecen de acceso a textos o actividades relacionadas, explicó la presidenta de esa entidad, Diana López, en declaraciones al diario local Prensa Libre.
Detalló que reciben fondos del Estado para la organización de la Feria Internacional del Libro del país (Filgua) y la Comisión de Cultura y de Finanzas del Congreso aumentó en 2022 el aporte a dos millones de quetzales (cerca de 260 mil dólares).
Ello –añadió- para que se realizaran dos más, por lo cual la decisión fue hacerlas en Retalhuleu y Chiquimula y de tal modo no competir con otros sitios que ya desarrollan esta dinámica.
“Una feria del libro no es solo una fiesta cultural, porque tienen un mensaje sutil donde se promueve la democracia y es una manera de reconocer que se respeta la libertad de expresión y pensamiento”, remarcó López.
Insistió en que la constitución de tales espacios invita a las comunidades a involucrarse y a desarrollar proyectos, así como a gestionar los recursos estatales para asegurarlos.
La Asociación Gremial de Editores de Guatemala registró en la pasada edición de la Filgua, del 4 al 14 de julio pasado, más de 80 mil visitantes, con lo cual superó el estimado de una cifra similar a la de 2023.
Aparte de tan reconocido foro, de 22 departamentos chapines en total, solo tres del interior congregan una vez al año a distintos grupos sociales con el propósito de estimular la lectura y el pensamiento crítico.
Así Quetzaltenango; Antigua Guatemala, en Suchitepéquez; Mazatenango, en Suchitepéquez; y San Marcos viven la celebración que permite dignificar la necesidad del conocimiento y del placer de una obra literaria.
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