Al intervenir ante la 79 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, la mandataria se refirió al sufrimiento que el pueblo de ese país padece por la permanencia durante más de 60 años del cerco económico, financiero y comercial.
Para Mottley, esa política “está mal” porque las consecuencias cobran mayor magnitud con la inclusión de Cuba en la lista unilateral de Washington sobre los territorios que patrocinan actividades de terror y obstaculizan tanto el desarrollo como la recuperación de desastres naturales como el reciente paso del huracán Helene.
Recordó las acciones solidarias del país antillano con el envío de brigadas médicas al Caribe y otras partes del mundo, pero también con la formación de recursos humanos en terrenos como la educación, deportes y la salud, entre otros.
Igualmente, reiteró la determinación de votar cada año en el seno de la ONU por el fin del sistema de sanciones impuestas por Estados Unidos contra Cuba.
También durante su discurso, la dignataria barbadense urgió una “reprogramación ahora” del organismo mundial y la reforma del Consejo de Seguridad, al considerar que su estructura actual “no tiene cabida en el siglo XXI”.
Lamentó que en el panorama mundial predominen las crisis múltiples, los fenómenos naturales cada vez más destructivos, las guerras y los conflictos por intereses geopolíticos, pero además esté bajo el acecho de una potencial pandemia por la resistencia a los antimicrobianos.
Entre otras cuestiones, Mottley se pronunció en contra de la producción masiva de armas, insistió en las reparaciones por la esclavitud en el Caribe, clamó apoyo para Haití y abogó por el fin de todo tipo de discriminación en el planeta, los mecanismos coloniales y la invisibilidad de los estados más pequeños.
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