La escuadra roja de la ciudad de los Beatles encaró en el partido con la certeza de que una victoria la catapultaría a la cima de la clasificación, pues horas antes el Manchester City había empatado 1-1 frente al Newcastle.
Sin embargo, el Liverpool sufrió mucho en la primera mitad hasta que, justo antes del pitazo del medio tiempo, el francés Ibrahima Konaté abrió el marcador.
La alegría de los rojos duró hasta el minuto 56, cuando el argelino Rayan Ait-Nouri empató las acciones y encendió a los fans congregados en el Molineux Stadium del Wolverhampton.
Con la obligación de ganar para asaltar la cima del torneo, el Liverpool se volcó al ataque y logró el tanto de la victoria en el 61, de penal, gracias a la puntería de su gran estandarte, el extremo egipcio Mohamed Salah.
Después de este resultado, el Liverpool llegó a 15 puntos y asumió el liderazgo de la Premier, por delante del Manchester City (14) y Arsenal (14).
Mientras tanto, los Wolves siguieron en caída libre y cayeron hasta la última posición, con apenas un punto de 18 posibles.
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