En un acto en la Cinta Costera, de esta capital, en respaldo a la Jornada Mundial contra el Fascismo, integrantes de ese colectivo denunciaron que la República Bolivariana es objeto de un brutal asedio por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y de un grupo de gobiernos vasallos que los secundan.
En un comunicado de la agrupación se señala que con los ataques violentos acrecentados después de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, la oligarquía hegemónica busca apoderarse de valiosos recursos naturales además de la primera reserva mundial de petróleo o del territorio que posee 25 por ciento de las reservas de gas.
Venezuela ha sido sometida a un bloqueo económico y al despojo de sus activos durante la última década, un alto precio que sus ciudadanos deben pagar por desafiar las directrices imperiales, agrega ese texto presentado en la manifestación.
Entre los participantes, Elixsandro Ballesteros, exembajador de Panamá en Caracas en el gobierno de Martin Torrijos (2004-2009), rechazó que la actual administración de José Raúl Mulino asume una postura injerencista y sumisa a la derecha internacional y a las corrientes fascistas.
Por su parte, el director del diario Bayano Digital, el periodista David Carrasco, indicó que muchos panameños se mantienen solidarios con las causas más justas y progresistas como la que representa la Revolución Bolivariana, que es blanco hoy de ciberataques y nuevas expresiones de violencia fascista.
En su mensaje, la Coordinadora repudió además que en la reciente 79 Asamblea General de Naciones Unidas, la representación del istmo silenció el tema del genocidio de Israel sobre Gaza y el sur de Líbano, criminal agresión que merece la más enérgica condena.
Recientemente se celebró en Caracas con la participación de 95 países el Congreso Mundial contra el Fascismo, el neofascismo y otras expresiones, con el objetivo de contribuir a las estrategias en defensa del derecho a la paz y al futuro, frente al odio, la mentira y la manipulación de las oposiciones extremas.
El propio Maduro indicó en ese foro que Venezuela es ahora la joya de la corona, pero está, además, en la vanguardia en la lucha de esta etapa contra el fascismo, las corrientes neonazis y el intento de imponer un nuevo colonialismo.
Todas las acciones orquestadas por la extrema derecha venezolana en conjunto con factores internacionales intentaron sabotear el proceso electoral del 28 de julio, según explicó.
De igual modo, Estados Unidos, como en otras oportunidades, intervino para que sus aliados ejecutaran “acciones más violentas” que en 2014 y 2017.
Durante estos ataques contra la gestión del mandatario suramericano, los extremistas anexaron los bombardeos digitales a través de redes sociales.
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