El exministro del Interior y desde 2021 máximo dirigente del ultraderechista Partido de la Libertad (FPO), Herbert Kickl, intenta acercarse a los resultados obtenidos en los comicios para el Parlamento Europeo de junio pasado, en los que registró una apretada victoria.
Durante la campaña electoral, Kickl explotó con fuerza temas como el control de la migración, ya tradicional para su partido, la inflación a causa de la crisis energética, y la frustración de la población por la ayuda de Occidente al rearme de Ucrania, consignan informativos.
Sin embargo, los sondeos previos a los comicios señalan que el FPO cuenta con una mínima ventaja del 27 por ciento de las intenciones de voto, frente el 25 acumulado por el gobernante Partido Popular Austriaco (OVP), del canciller federal Karl Nehammer.
Los socialdemócratas (SPO), de Andreas Babler, cuentan con el apoyo del 21 por ciento de los interrogados, antes de las elecciones de esta jornada.
El FPO aprovechó la campaña electoral para hacer énfasis en el tema migratorio, con propuestas como la reemigración de extranjeros no invitados, mayor control de fronteras y la suspensión de la concesión de asilos bajo una ley de emergencia.
Además, los ultraderechistas atacan la falta de soluciones de problemas económicos del gobierno de coalición del OVP con los Verdes.
“El país está peor que en 2019 en términos de rendimiento económico, siendo uno de los peores de toda Europa (inició 2024 con una recesión técnica)”, afirmó el experto en Economía Europea del tanque pensante Bertelsmann Stiftung, Thomas Schwab.
Las publicaciones austriacas señalan que Babler, con poco tiempo al frente del SPO, planteó temas que ampliaron su base electoral, aunque ello parece insuficiente para evitar sacar de los primeros puestos de intenciones de votos a los ultraderechistas.
Sin embargo, los propios resultados de las encuestas previas indican que el FPO deberá buscar socios para una mayoría parlamentaria que le permita formar un Gobierno.
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