El tributo fue encabezado por el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y Héroe de la República de Cuba, Fernando González, en un sitio de la casa de altos estudios en el que se honra la obra del Comandante en Jefe con una tarja y a cuyo lado hay un roble en señal de recordación.
Al depositar la ofrenda, el directivo declaró que el árbol que alude a la figura de Fidel es simbólico porque ambos denotan una gran fortaleza.
“Nosotros tenemos un árbol fuerte en Cuba que es el caguairán, por eso allí era el caguairán, pero aquí es un roble, es el símbolo de la fortaleza, de la capacidad de resistencia, de la vigencia de su pensamiento y de su legado”, expresó.
Aprovechó González para agradecer a la universidad y a los estudiantes por dedicar un sitio en sus predios para recordar a Fidel.
“Será un espacio por el que, estoy seguro, pasarán todos los cubanos que lleguen aquí a rendirle homenaje en Colombia, un país al que tanto quiso y por el que tanto hizo también. Para nosotros es un honor poder venir y estar aquí rindiéndole homenaje”, sentenció.
El presidente del ICAP estuvo acompañado por Elier Ramírez, subdirector del Centro Fidel Castro con sede en La Habana y diputado a la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), Yara Valera, funcionaria del ICAP de la dirección de América Latina, y por el embajador de la isla en Colombia, Javier Caamaño.
Antes, todos asistieron a una conferencia impartida por González en esa misma institución académica sobre los efectos negativos en la educación de la mayor de las Antillas provocados por el bloqueo impuesto por más de seis décadas por Estados Unidos.
El homenaje al líder de la Revolución cerró la jornada de actividades académicas y culturales que desde hace una semana tienen lugar en la capital sudamericana como parte de la celebración del XXXIII Encuentro Nacional del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba, que culminó oficialmente durante la víspera.
El evento se desarrolló desde el pasado viernes en el Centro Cultural Gabriel García Márquez con la asistencia de más de 100 delegados provenientes de toda la nación.
Finalizó con una declaración de rechazo al bloqueo económico, financiero y comercial que impone Estados Unidos a la isla, y de condena a la injusta inclusión del país antillano en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Los participantes demandaron asimismo la devolución a Cuba del territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos en la base naval de Guantánamo, y exigieron que el país fuera indemnizado por los perjuicios causados durante más de medio siglo de aplicación del cerco unilateral al cual se le somete.
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