Desde inicios de año el país registró 2,4 nuevos desplazados de sus hogares, muchos de los cuales se refugian en lugares superpoblados sin condiciones adecuadas de alimentación e higiene.
Sobre el tema la representante especial del secretario general de las Naciones Unidas en RDC, Bintou Keita, dijo la víspera en el Consejo de Seguridad de la ONU que las característica de estos sitios de acogida convierten a estas personas en vulnerables a enfermedades como el cólera, el sarampión y el nuevo brote de Mpox.
El presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, abordó el tema la pasada semana en la Asamblea General de la ONU, donde subrayó que el conflicto en el este del país ha generado una crisis humanitaria sin precedentes, con casi siete millones de desplazados internos en todo el territorio nacional.
Sin embargo, los que abandonaron sus hogares por la violencia no son los únicos que requieren ayuda en la RDC, donde un grupo importante de personas sufren las consecuencias de las inundaciones y otros fenómenos naturales.
Keita precisó que en el país se necesitan recursos para atender 8,7 millones de personas vulnerables en 2024, pero los fondos reunidos hasta el momento no son suficientes.
Otro asunto que genera preocupación es el aumento desproporcionado de la violencia sexual y de género, que la representante catalogó como una plaga.
Según explicó la también jefa de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (Monusco), en la primera mitad del año los socios humanitarios atendieron a más de 61 mil víctimas, lo que significa un incremento del 10 por ciento con respecto a la primera mitad de 2023.
“Esto representa una víctima cada cuatro minutos. Tres al final de mi exposición informativa y más de 20 al final de esta sesión. Este flagelo, que afecta principalmente a las mujeres y niñas víctimas del conflicto en el este de la RDC, dejará un trauma duradero en su tejido social”, dijo Keita ante el Consejo de Seguridad.
La violencia de grupos armados como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), que en junio mató a 272 civiles, y las condiciones de vida de la población penal, constituyen igualmente motivo de preocupación.
Alcanzar la paz en el este del país es sin duda la prioridad, pues el conflicto está en el centro mismo de muchos de los males que aquejan a la RDC.
No obstante, no se trata de un asunto sencillo, dado el trasfondo económico que envuelve las confrontaciones militares.
Baste un ejemplo, en la provincia de Kivu Norte los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) tomaron control sobre las zonas productoras de coltán; sólo el área de Rubaya se estima que abastece a más del 15 por ciento de la producción mundial de tantalio, lo que genera aproximadamente 300 mil dólares al mes para el M23.
“A menos que se apliquen sanciones internacionales a quienes se benefician de este comercio criminal, la paz seguirá siendo difícil de alcanzar y los civiles seguirán sufriendo”, enfatizó Bintou Keita.
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