El director general de la OMS, Tedros Adhanom, resaltó en un comunicado que “es otro ejemplo del increíble progreso que hemos logrado contra las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) y brinda esperanza a muchas otras naciones que aún luchan contra la filariasis linfática de que también pueden eliminar esta enfermedad».
Se trata de una enfermedad parasitaria debilitante transmitida por mosquitos, que durante siglos ha afectado a millones de personas en todo el mundo, causando dolor, hinchazón crónica y grave, discapacidad grave y estigmatización social.
En las últimas décadas, Brasil implementó acciones integradas para eliminar la elefantiasis, como la elaboración de un plan nacional para combatir esta enfermedad en 1997, la distribución masiva de medicamentos antiparasitarios, actividades de control de vectores y una vigilancia estricta, especialmente en las zonas más afectadas.
Con estos esfuerzos, el país sudamericano logró poner fin a la transmisión de la enfermedad en 2017.
A nivel mundial, Brasil se une a otros 19 países y territorios del mundo que han sido validados por la OMS por haber eliminado la filariasis linfática como problema de salud pública.
Estos son Malawi y Togo, en la región Africana; Egipto y Yemen, en el Mediterráneo Oriental; Bangladesh, Maldivas, Sri Lanka y Tailandia, en el Sudeste Asiático; y Camboya, Islas Cook, Kiribati, República Democrática Popular Lao, Islas Marshall, Niue, Palau, Tonga, Vanuatu, Viet Nam y Wallis y Futuna, en el Pacífico Occidental.
En las Américas, tres países endémicos (República Dominicana, Guyana y Haití) aún requieren administración masiva de medicamentos para detener la transmisión y trabajan para alcanzar el objetivo de eliminación.
Además de ser el vigésimo país validado en este éxito de salud, Brasil se convirtió también en el quincuagésimo tercer país que ha eliminado al menos una ETD a nivel mundial.
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