El Sumo Pontífice presidió esta mañana, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, la Santa Misa por la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y tras la proclamación del Evangelio pronunció la homilía donde pidió, al final de la misma, retomar el camino eclesial con la mirada puesta en el mundo.
“La comunidad cristiana está siempre al servicio de la humanidad”, expresó Francisco, y alentó a que “caminemos juntos”, lo cual es necesario “especialmente en esta hora dramática de nuestra historia, mientras los vientos de guerra y los fuegos de violencia continúan trastornando a pueblos y naciones enteras”.
El Obispo de Roma, según señala un comunicado divulgado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, anunció que para “invocar el don de la paz por intercesión de María Santísima”, el próximo domingo 6 de octubre acudirá a la Basílica de Santa María la Mayor, en centro de la capital italiana donde “dirigiré una sentida súplica a la Virgen”.
“Al día siguiente, 7 de octubre, pido a todos que vivamos una jornada de oración y ayuno por la paz mundial”, añadió el Papa, una fecha que marca el primer aniversario del inicio de la nueva etapa en el conflicto en Medio Oriente, con una peligrosa escalada agravada tras iniciar Israel sus incursiones terrestres en el Líbano.
El pasado domingo, a su regreso de un viaje apostólico a Bélgica, el Santo Padre expresó a los periodistas que lo acompañaron en el avión camino a Roma, respecto a los ataques de Tel Aviv contra el territorio libanés, que “cuando hay algo desproporcionado aparece una tendencia dominante que va más allá de la moral”.
“Un país que hace estas cosas por la fuerza… cualquier país que hace estas cosas por la fuerza de una manera tan superlativa comete acciones inmorales”, dijo también en referencia a la acontecido en Gaza, donde como consecuencia de la agresión israelí, murieron ya más de 41 mil personas.
“Incluso en la guerra hay una moralidad que salvaguardar. La guerra es inmoral, pero sus reglas implican cierta moralidad. Pero cuando esto no se hace vemos, como decimos en Argentina, mala sangre”, agregó el Pontífice poco antes del inicio de los ataques terrestres de Tel Aviv contra el Líbano.
mem/ort