No tienen acceso a ningún tipo de prestación, ya sean por hijos y familiares o por desempleo, ni a ninguna ayuda que pueda protegerles de los efectos nocivos del cambio climático, expuso la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el organismo de Naciones Unidas, en los 50 países climáticamente más vulnerables, el 75 por ciento de la población; es decir, dos mil 100 millones de habitantes, tampoco recibe beneficio alguno por concepto en análisis. El texto publicado este miércoles incluye opiniones de diversos expertos a la luz de un estudio de la OIT sobre las desigualdades estructurales que atraviesan la crisis climática, y el papel de la protección social en la atención a los más vulnerables.
El “Informe Mundial sobre la Protección Social 2024-2026: Protección social universal para la acción climática y una transición justa”, motivó un amplio debate en paralelo a la más reciente Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recordó la institución mediante su página web.
A juicio del director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, los sistemas universales de protección social pueden prestar auxilio frente a las consecuencias del colapso climático, apoyar políticas climáticas esenciales e impulsar una transición justa hacia un planeta más sostenible.
Para lograrlo, remarcó, “debemos garantizar que todas las personas estén adecuadamente protegidas».
En ningún lugar del planeta es más clara esa necesidad que en África, donde apenas el 19,1 por ciento de los habitantes está cubierto por al menos una prestación de protección social, recordó la fuente.
El ministro sudafricano de Medio Ambiente, Silvicultura y Pesca, George Dion, subrayó en el foro que «la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de la justicia social están estrechamente vinculadas.
La protección social universal es un prerrequisito para asegurar que «la respuesta a la crisis climática se base en principios de justicia social y derechos humanos”, abundó el funcionario, citado por la OIT.
También los oradores coincidieron en la urgente necesidad de dar una respuesta política mundial coordinada y coherente, con la acción por el clima y la protección social universal trabajando en conjunto para hacer realidad los derechos humanos y la justicia social.
«Ningún país por sí solo puede hacer frente a la compleja interacción entre la protección social, el cambio climático y la transición justa. Los retos a los que nos enfrentamos son mundiales por naturaleza y requieren una respuesta mundial coordinada», sintetizó el ministro Dion.
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