Señaló que al exhibir más de 80 tipos de armamentos con la intención de exhibir el poderío de su ejército para demostrar su “capacidad disuasiva” sobre la República Popular Democrática de Corea, Seúl “no dejó más rastro que el de una manada de perros cimarrones que cruza un arroyo”.
Propaganda pomposa, mucho ruido y pocas nueces, dijo Kim en una declaración que reproduce la agencia estatal de noticias ACNC.
También calificó de “cuadro repugnante” la participación en el desfile de un bombardero estratégico B-1B de Estados Unidos, en tanto ello reveló la naturaleza servil y colonial del gobierno surcoreano.
La influyente hermana del líder de la RPDC, Kim Jong Un, ridiculizó igualmente al misil balístico Hyonmu-5 mostrado en la ocasión por Seúl y, alegando razones técnicas aseguró que, comparado con los similares de su país, se trataba de una “carreta colosal” de dudosa utilidad militar.
Sobre el aserto del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, de que el acto por el Día de las Fuerzas Armadas era más significativo por la fundación de una comandancia estratégica, apuntó que “aunque un perro se ponga casco de acero, no puede convertirse en tigre o león.
Subrayó que, como dijo Kim Jong Un, la RPDC empleará sin titubear su potencial militar si Corea del Sur intenta un enfrentamiento confiando demasiado en la alianza con Estados Unidos.
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