Tal medida fue tomada la víspera por el Estado israelí y anunciada por el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz.
«Este acto perjudica gravemente los esfuerzos de Naciones Unidas en favor de un inmediato alto el fuego en el Oriente Medio», indica la nota oficial divulgada a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Demanda «la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y un proceso que permita la solución de dos Estados, con un Estado de Palestina independiente y viable viviendo lado a lado con Israel, en paz y seguridad, dentro de las fronteras de 1967, que incluye la Franja de Gaza y Cisjordania, teniendo a Jerusalén Este como su capital».
El texto también señala que el ataque israelí a una organización, «constituida para salvar a la humanidad del flagelo y las atrocidades de la II Guerra Mundial y para proteger los derechos humanos fundamentales y la dignidad de la persona, no contribuye a la paz y el bienestar de las poblaciones israelí y palestina, y aleja a la región de una solución pacífica».
Guterres entra en la lista de personas que no son bienvenidas en Israel, al igual que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La Administración de Benjamin Netanyahu declaró en febrero a Lula persona non grata, en medio de la tensión diplomática que culminó con la retirada del embajador brasileño en Tel Aviv, Frederico Meyer.
Fuentes del Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en Brasilia, indicaron en la ocasión que el exdirigente pobrero dejó «la Embajada de Tel Aviv con un diplomático con nivel menor. Por ahora, el comando se queda con el encargado de negocios en el país, el ministro consejero Fábio Farias”.
En reiteradas ocasiones, Brasil ha lamentado que, en medio de esfuerzos de negociación para un acuerdo que asegure el cese del fuego, la liberación de los rehenes y el acceso sin obstáculos a la ayuda humanitaria en Gaza, el Gobierno israelí siga adoptando medidas que llevan a la escalada del conflicto y alejan aún más a los pueblos de la región del alcance de la paz.
Bajo este contexto, el Gobierno de Lula exhorta a las partes a la inmediata y plena implementación del plan de alto el fuego aprobado por la Resolución 2735 (2024) del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
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